«Seja marginal, seja herói»: la obra inspirada en un delincuente que llevó al exilio a Caetano y Gil
/La exhibición en un concierto de una obra del artista Hélio Oiticica inspirada en un delincuente asesinado por un grupo parapolicial provocó que la junta militar brasileña expulsase del país a Caetano Veloso y Gilberto Gil.
En 1967, el artista brasileño Hélio Oiticica expuso una obra inusual para la época. Se trataba de una pieza de estructura laberíntica que podía ser recorrida por los visitantes y que estaba construida con arena de playa, piedras, plantas, aves silvestres, poemas objeto, un televisor emitiendo la programación habitual y dos pequeñas cabinas de madera y tela en las que también se podía entrar. La tituló Tropicália.
Inspirado por el Manifiesto Antropófago impulsado en los años 20 por artistas como Mario de Andrade o Tarsila do Amaral y en el que se afirmaban cosas como «Solo la Antropofagia nos une. Socialmente. Económicamente. Filosóficamente», Hélio Oiticica reivindicaba las particularidades latinoamericanas frente al dominio no ya de la metrópoli portuguesa, sino de la hegemonía anglosajona en el mundo del arte.
Consecuente con esa línea de trabajo, Oiticica se integró en las escuelas de samba brasileñas al considerarlas la expresión máxima del folclore brasileño y, a partir de esa experiencia, creó piezas como los parangolés –vestidos de tela holgada para bailar durante el carnaval– o los típicos estandartes de las escuelas de samba, aunque con motivos muy diferentes a los carnavalescos. Por ejemplo, el cadáver de Manuel Moreira, alias Cara de Cavalo, un delincuente al que Oiticica había conocido en sus visitas a las favelas.
En octubre de 1964, Cara de Cavalo fue asesinado con más de cincuenta impactos de bala disparadas por los miembros del Escuadrão Le Cocq, un grupo parapolicial denominado así en honor a Milton Le Cocq, detective de la policía brasileña al que Moreira había matado en agosto de ese año. En homenaje al amigo y como crítica a la policía y la junta militar que gobernaba el país, en 1965 Oiticica creó una caja envuelta con telas cuyo interior estaba forrado con fotos del muerto y, en 1968, retomó la idea para realizar ese estandarte en el que, además de la imagen del cadáver de Moreira, aparecía el lema Seja marginal, seja herói (Sea marginal, sea un héroe).
Pan, circo y dictadura
Según recuerda Caetano Veloso en su libro de memorias Verdad Tropical, durante una comida con unos amigos a mediados de los 60 alguien le pidió que cantase alguna de sus últimas composiciones. Entre ellas estaba una cuyos versos comenzaban «Sobre a cabeça os aviões / Sob os meus pés os caminhões / Aponta contra os chapadões / Meu nariz» y que carecía de título porque todavía estaba en proceso de grabación. Entonces, Carlos Barreto, director de fotografía de películas como Vidas Secas o Terra em transe, sugirió que la llamase Tropicália «por las afinidades con el trabajo del mismo nombre presentado por un artista carioca (…). El nombre del artista era Hélio Oticica y era la primera vez que lo oía. Yo, naturalmente, dije que no, que no pondría a mi música el nombre de la obra de otra persona porque a esa persona podría no gustarle», relataba el compositor.
Aunque Tropicália ou Panis et Circencis fue concebido como una especie de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Band latinoamericano, acabó siendo el manifiesto de lo que se conocería como movimiento Tropicalista.
Sin embargo, días después Caetano comentó la anécdota con sus colaboradores que le dijeron que, hasta que encontrase un nombre mejor, esa canción se llamaría Tropicália. «En las cajas de las cintas, en las fichas de grabación, en las conversaciones se impuso el nombre de Tropicália. El otro título que se me había ocurrido, Mistura fina, era evidentemente peor». Cuando el disco estuvo acabado y al no haber alternativa, «Tropicália se quedó y se oficializó».
En 1968, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Tom Zé, Rogerio Duprat, Torquato Neto, Gal Costa y Os Mutantes, publicaron un disco colectivo al que titularon como el tema de Veloso o, mejor dicho, como la obra de Oiticica al que finalmente habían conocido: Tropicália ou Panis et Circencis. El LP incluía canciones psicodélicas de Gilberto Gil y Os Mutantes (Bat Macumba), temas camp de Augusto Algueró sobre Cristóbal Colón (Las tres carabelas), canciones en recuerdo del Che Guevara asesinado unos meses antes (Soy loco por ti América) y versiones de cantantes románticos como Vicente Celestino (Corazón materno). Aunque fue concebido como una especie de Sgt. Pepper’s latinoamericano, acabó siendo el manifiesto de lo que se conocería como movimiento Tropicalista que, como la obra de Oticica, también se inspiraba en iniciativas como el Manifiesto Antropófago.
En octubre de 1968, con el disco en plena promoción, Gilberto Gil y Caetano Veloso se presentaron en el club Sucata de Río de Janeiro. En el escenario colocaron uno de los estandartes que Hélio Oiticica había realizado en homenaje a Manuel Moreira, Cara de Cavalo, hecho que fue reportado por un miembro de la policía secreta presente en el concierto y provocó que los artistas fueran detenidos. Los medios de comunicación dieron buena cuenta del suceso e incluso exageraron los hechos, afirmando que Caetano se había envuelto en la bandera de Brasil y había cantado el himno del país, lo que habría supuesto una falta de respeto a los símbolos nacionales.
A consecuencia de la denuncia y de la polémica generada por esas informaciones, Caetano Veloso y Gilberto Gil fueron encarcelados y, después de una temporada en prisión, se les obligó a abandonar el país. Antes de emprender el camino a su exilio londinense y tras duras negociaciones con la cúpula militar, se les autorizó a dar un último concierto en Bahia para conseguir fondos con los que mantenerse. En dicha actuación Gilberto Gil estrenó una de sus canciones más populares y que era una despedida de todo lo que dejaba en el país, Aquele abraço ; ya en Londres Caetano grabaría un estupendo LP con temas en inglés y, por lo que respecta a Oiticica, el artista acabó exiliándose en Nueva York aunque pudo regresar en 1978 a Brasil, donde fallecería a consecuencia de un ataque al corazón dos años después.
En 2007, un incendio arrasó el archivo artístico de Oiticica que, desde su muerte, estaba depositado en casa de su hermano. Las llamas tardaron en sofocarse tres horas y miles de piezas, cuadernos de apuntes y documentos se perdieron. Para intentar remediar esa pérdida se creó el Projeto Hélio Oiticica, cuyo objetivo es rehacer algunas de las obras más famosas del artista, como Tropicália o el estandarte Seja marginal, seja herói. Aunque son reproducciones de los originales autentificadas por César Oiticica Filho, sobrino del artista, el precio del estandarte ronda los 80.000 dólares (unos 73.000 euros), algo al alcance de muy pocos. En definitiva, marginal.