Spanish Helter Skelter! El disco de Charles Manson y la España franquista
/Los crímenes lo convirtieron en la estrella pop que siempre soñó ser. Se paseó con su guitarra por las calles de un San Francisco en plena fiebre hippie y contracultural, pero pocos prestaron atención a sus canciones. Sin embargo, Charles Manson, que logró formar a su alrededor a un grupo de fieles seguidores, nunca renunció a alcanzar la fama. Poco a poco, La Familia, la secta apocalíptica que lideraba con puño de hierro, creció y extendió su influencia entre músicos pop. Los asesinatos de Sharon Tate, entre otros, por los que fue detenido, se habían producido a finales de 1969. Tras un proceso judicial que lo encumbró como el «asesino» de los sesenta, una bestia innombrable y el rostro del horror, fue sentenciado a pena de muerte (conmutada posteriormente por cadena perpetua) en enero de 1971.
Pero antes, algo que muchos ignoraban, había logrado grabar un disco junto a algunos nombres famosos que se habían acercado a su clan. Se tituló Lie: The Love & Terror Cult, y salió publicado el 6 de marzo de 1970, en pleno proceso judicial, el mismo día en que el tribunal que lo juzgaba anuló su petición para representarse él mismo en el juicio, en un intento de Manson por evitar que fuera presentado por su abogado de oficio como un loco. La grabación, en la que Manson interpreta un puñado de canciones lúgubres y rudas, a medio camino entre el folk y las melodías de unos Beach Boys más oscuros, fue realizada a propuesta de Phil Kaufman, a quien Manson había conocido en su anterior ingreso en prisión, quien durante un tiempo vivió en su comuna. El álbum fue coproducido por Carl y Brian Wilson, de los Beach Boys, y grabado durante tres sesiones (junio y septiembre de 1967 y agosto de 1968) en el estudio que Wilson tenía en su casa. Vio la luz en el sello Awareness Records e inicialmente se fabricaron 2.000 copias. Curiosamente, al mismo tiempo se comercializó una edición venezolana por el sello Orbe. Posteriormente, Awareness Records se lo cedió a ESP-DISK, que lo reeditó el mismo año de su publicación.
Fue el sello Paradiso Inc., a quien ESP-DISK le había cedido los derechos para su publicación en el extranjero, quien quiso lograr que se distribuyese en España y, posteriormente, incluso licenciarlo para su publicación. El 11 de agosto de 1970, Hispavox recibió la oferta de publicarlo en España, pero lo rechazó por consideraciones morales. La carta de Paradiso Inc. decía lo siguiente:
«Somos los encargados de negociar los derechos exclusivos para los territorios de ultramar del disco de Charles Manson, que será lanzado en Los Angeles. El LP incluye el material moderno, vocal e instrumental grabado por Charles Manson y su familia antes de que fuesen detenidos por los asesinatos de Sharon Tate en Los Angeles. Debido a la intensa publicidad que recibió y sigue recibiendo durante su proceso, sus grabaciones tienen una inmensa aceptación entre el público comprador. Los productores desean, por lo tanto, recibir un anticipo bastante importante de cara a futuros royalties. El resto de las condiciones de la licencia serán las normales. El primer LP está a punto de ser lanzado y se está preparando más material. Los productores concederían una licencia o derecho de primera opción dentro del contrato de licencia. Si ustedes están interesados, rogamos nos comuniquen las condiciones y el anticipo a cuenta de los royalties que aceptarían. Es urgente».
La respuesta en forma de carta, firmada por Luis Calvo, director internacional de la compañía, llegó tres días después:
«Nuestros escrúpulos morales nos impiden considerar en absoluto la oferta que ustedes nos hacen. Por otra parte, consideramos una inmoralidad que de un asunto tan asqueroso como una serie de asesinatos, en los que está involucrado Charles Manson, pueda hacerse un negocio y, sinceramente, lamentamos que una compañía seria como ustedes estén relacionados con un asunto tan sucio como el que nos proponen».
Curiosamente, el franquismo censuró la exhibición del cuerpo o letras explícitamente sexuales, pero en muchas ocasiones hizo caso omiso de las vísceras y la sangre. El caso de Charles Manson y la España franquista es sintomático de esa ambigüedad y de cómo varios sectores ultraderechistas intentaron hacer negocio a toda costa, en una doble moral difícil de entender. Hispavox actuó de forma muy hábil en una operación de maquillaje y favoritismo ante el censor franquista, el Director General de Radiodifusión y Televisión. Al mismo tiempo que rechazó la oferta, adjuntó, para demostrar su inequívoca voluntad, copia de la correspondencia mantenida con Paradiso. El 22 de agosto, el mismo director de la compañía española, J. M. Vidal Zapater, escribió al organismo censor denunciando el intento de Paradiso y alertando a este de la maniobra para que se publicase en España. Hispavox puso el grito en el cielo, advirtiéndole que tomase medidas para evitarlo e impedir como fuese que, en caso de producirse, se emitiera en la radio. Por todo ello, el censor encargó un informe a sus servicios para que analizasen el contenido del disco de Manson. Cada canción fue transcrita y analizada. El resultado fue demoledor: el disco era inmoral y violento:
«Se trata de una serie de canciones que pretenden ser como una autobiografía del autor, aunque en conjunto son bastante incongruentes. Considerando que en su conjunto es altamente inmoral, escéptico y demoledor, se propone todo el disco como no radiable, y muy especialmente las canciones número 1, 2, 3 y 4».
Sin embargo, una segunda compañía, Movieplay, no lo dudó y se hizo con los derechos, aunque cambió su titulo por el menos explícito 12 Canciones. Compuestas y cantadas por Charles Manson. Esta compañía tenía relaciones con el Opus Dei y las clases poderosas del país. Muchos de sus accionistas más poderosos pertenecían al sector ultracatólico, pero lo único que querían era hacer negocio con la «nueva música». El censor, por razones que desconocemos, no atacó el disco, aunque sí las emisoras de radio, que se negaron a promocionarlo y programarlo. No cumplió ni por asomo las expectativas comerciales, quizá porque el fenómeno no gozaba en España del carácter de personaje de culto o mito de la contracultura del que fuese en su momento considerado como «Personaje del año» por Los Angeles Free Prees, y glorificado por los Weathermen o los yippies. El final de esta historia es magnífica: la música de Manson se dio a conocer en España por la gracia de una élite económica aliada con el franquismo a la que, por supuesto, le importaba, ante todo, el negocio. Sharon Tate tenía, por fin, su banda sonora.