Vox también fue una revista nazi (lo cual no nos extraña nada)
/Durante el ascenso de Hitler, la revista Vox usó el sarcasmo y un pretendido (y muy nazi) sentido del humor para demonizar al comunismo, los judíos y Churchill
[Vía Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica]
Durante la Segunda Guerra Mundial el franquismo afirmó ser neutral, aunque nuestro país se convirtió, por medio de embajadas y locales, en una zona segura para alemanes pronazis. Posteriormente, como sabemos, se convertiría en un refugio para criminales de guerra. En aquellos años se editaron en castellano varios periódicos y revistas nazis, algunas de ellas de gran formato y lujo, como Signal, que presumió de incluir fotografías a todo color, inspirando series como Hazañas Bélicas (1948-1958) de Boixcar. La editaba conjuntamente el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ejército alemanes, aunque posteriormente llegó a distribuirse desde Madrid, donde la revista contaba con una oficina en la Embajada alemana. Salía en veinte idiomas y llegó a contar con una tirada superior a los dos millones de ejemplares. Su objetivo era difundir los supuestos éxitos alemanes en la guerra. Los aliados, a su vez, tenían su réplica en Victory.
También se publicó la revista Joven Europa, una antología de textos de políticos y escritores de influencia nacionalsocialista. La embajada alemana editaba en Madrid un Boletín, que en realidad era un panfleto de agitación nazi, con una tirada que llegaba a los 65.000 ejemplares y veía la luz dos veces a la semana. Se encontraba en casi cualquier lado. Había un sinfín de publicaciones pronazis que se editaban en España, como La Iglesia Católica en el Reich (70.000 ejemplares) o El Cristianismo en el III Reich (175.000 ejemplares), entre muchas otras.
Otra de estas revistas fue Vox («Voz», en latín), publicada entre 1941 y 1943. Salía semanalmente y contaba con únicamente ocho páginas. Bajo este nombre se publicaron revistas musicales, pero también un semanario ilustrado de propaganda nazi, mucho más modesto que Signal, pues tenía escasas páginas y solo la portada era en color. Sus principales dibujantes fueron Knock o Emmerich Huber, como afirma Tebeosfera. Uno de sus cometidos, de ahí las escasas páginas, era ser lanzada desde aviones a zonas de guerra para desmoralizar a los combatientes aliados. No figuraba lugar de edición ni editor y, en varios números, se repitieron las mismas portadas.
Vox, editado desde Alemania, pretendía, por medio del sarcasmo y constante uso de viñetas, difundir propaganda de la Alemania nazi para lavar su imagen y atacar a los enemigos de Hitler, que básicamente eran: el comunismo, Stalin; los judíos; Estados Unidos, Roosevelt; y Gran Bretaña, Winston Churchill.
Sus páginas interiores eran escritas en varios idiomas, de manera simultánea. La edición corría a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi. El contenido solía ser una noticia internacional a la semana, que se traducía a varios idiomas, incluido el castellano, junto a una viñeta de contenido sarcástico donde reinaba el antisemitismo y el nacionalsocialismo.