«¡Muerte a los reyes!». Los Borbones tatuados

Jaime y Juan de Borbón lucieron llamativos tatuajes, siguiendo así una tradición iniciada por los ingleses y un rey sueco que se tatuó «Muerte a los reyes».

A mediados del siglo XIX se había puesto de moda. El tatuaje tenía un halo de exotismo y masculinidad, aventura y sagacidad. Recordaba los relatos de los grandes exploradores, el interés que despertaban las tribus indias y africanas en medio mundo, que leía con fascinación los diarios y crónicas casi guerreras y, por supuesto, envueltas en peligro.

El tatuaje fue reintroducido en la sociedad occidental por los expedicionarios ingleses dirigidos por el Capitán Cook en su vuelta de Tahiti en 1771. El tatuaje, además, comenzaba a ser popular no solamente entre el lumpen (presos y proletarios), sino entre el ambiente de camaradería de las escuelas navales y los barcos que llevaban a alumnos de prestigio, una especie de nuevo tour al estilo italiano. También los pretendientes a reyes debían conocer mundo y hacer su instrucción.

De pronto, se puso de moda entre la realeza europea. Quizás el relato más sorprendente de reyes y tatuajes fue el caso de el rey de Suecia Jean-Babptiste Bernadotte, nombrado heredero al trono en 1810 y coronado ocho años después como monarca no solo de los suecos, sino también de los noruegos. Lo curioso es que Bernadotte, en recuerdo de sus días aventureros, se había hecho tatuar en el brazo un lema que rezaba: «Mort Aux Rois» («Muerte a los Reyes»). Siguiendo el ejemplo de Bernadotte, miembro de la dinastía sueca que ha llegado hasta nuestros días, el rey Federico IX de Dinamarca también se tatuó y no dudó en posar en una fotografía mostrando esos dibujos en su piel. 

Jean-Babptiste Bernadotte.

Jean-Babptiste Bernadotte.

Federico IX de Dinamarca, luciendo sus tatuajes marineros.

Federico IX de Dinamarca, luciendo sus tatuajes marineros.

España no fue menos. Posiblemente, el primero de los Borbones que se tatuó y, además, en muchas partes de su cuerpo, fue Jaime de Borbón «cuyos preciosos tatuajes en la espalda, pecho y brazos he visto yo», afirmó el antiguo guardia civil José Osuna Pineda en su libro Gentes de mal vivir.  Esta tradición se mantuvo hasta ¿nuestros días?

Bajo la casaca, los tatuajes.

Bajo la casaca, los tatuajes.

Juan de Borbón, abuelo del actual monarca, también lucía llamativos tatuajes en los brazos (unos dragones marineros). Explicó su origen como un recuerdo de sus días en la marina inglesa ya que muchos miembros de la realeza británica tenían por costumbre regresar tatuados de sus expediciones por los mares del sur.

Una de las pocas imágenes en que Juan de Borbón luce sus tatuajes.

Una de las pocas imágenes en que Juan de Borbón luce sus tatuajes.

Lo confesó por vez primera en una entrevista televisiva de 1982, que podéis ver aquí, a partir del minuto 5:00:

 

¿Y el actual rey de España? ¿Llevará tatuado en el pecho o quizás en su espalda la frase «Muerte a los reyes» como Bernadotte? ¿Y su padre el rey emérito?