La verdadera historia de La Malcasada, el torero y el dictador

Una película muda dirigida en 1926 por el periodista Francisco Gómez Hidalgo, y calificada como “la película más insólita del cine español en toda su historia”, fue la primera en plantear abiertamente el tema del divorcio en España. La historia que la rodea resulta tan sorprendente como variopinto fue su reparto, en el que figuran Valle-Inclán, Juan Belmonte, Julio Romero de Torres, Millán-Astray o Francisco Franco.


No cabe duda que Gómez Hidalgo sabía de quién rodearse y, animado por el éxito cosechado por la comedia teatral escrita en colaboración con el dramaturgo José Luis de Lucio, decidió probar fortuna en el cine. Todavía resonaba el escándalo que sirvió de base argumental para La Malcasada, inspirada en la vida del torero mexicano Rodolfo Gaona y su matrimonio y separación de la actriz Carmen Ruíz Moragas, amante del rey Alfonso XIII. Se decía de Gaona que estaba a la altura de Belmonte y Joselito, dominaba las suertes con elegancia y sabía llevar aún mejor los cuernos. El rumor estaba en boca de todo Madrid y las chanzas a su costa llegaron hasta el ruedo. Incapaz de soportar aquella situación por más tiempo, se separó a los dos meses de haber contraído matrimonio y regresó a su país con el corazón roto, echando pestes de España y las españolas.

Con un proyecto de ley del divorcio a punto de ser presentado en el Parlamento, los responsables del libreto consideraron oportuno dejar a la Casa Real al margen de la trama. En la ficción, Félix (José Nieto) es un jornalero mexicano que pretende el amor de Carmen (Inocencia Alcubierre) pese a la oposición del padre de ella. Un novillero, "El Atravesao” (José Calle), convence al muchacho de que posee dotes para el toreo y de que puede conseguir el éxito en España. Decidido a no abandonar a Carmen, el novillero le engaña contándole que ella está enamorada de otro hombre. Félix, desengañado, decide probar fortuna en los ruedos españoles y entra en contacto con las más relevantes personalidades de la época.

Gracias a su poder de convocatoria como redactor en El Liberal, el Heraldo de Madrid y ABC, Gómez Hidalgo engatusó a lo más granado de la sociedad española para participar en su película como actores del reparto, con la particularidad de que sólo tenían que interpretarse a sí mismos. Por la pantalla desfilan Juan de la Cierva, Primo de Rivera (padre e hijo), Alejandro Lerroux y Valle-Inclán; los generales Weyler, Millán Astray y Sanjurjo, el poeta Ruiseñol, el tenor Miguel Fleta, el Conde de Romanones y el “decadente” marqués Antonio Hoyos y Vinent; Francisco Franco, Pedro Muñoz Seca, Wenceslao Fernández Flórez, Concha Espina, Azorín… y hasta el mismísimo Alfonso XIII. «Gómez Hidalgo los conocía a casi todos -recordaba la protagonista María Banquer- A Primo de Rivera le preguntó si quería salir y respondió que sí, y le pidió que le insinuase a su Majestad el Rey si también quería aparecer saludando a los dos actores de verdad. Primo de Rivera respondió: “Sí, sí, es muy capaz de hacerlo”, y efectivamente, se lo dijeron y él lo tomó a broma y dijo, “Hombre sí, ¿por qué no?”».

programa de mano del estreno de la malcasada en enero de 1927

‘La Malcasada’ se inspiró en la vida del torero mexicano Rodolfo Gaona y su matrimonio y separación de la actriz Carmen Ruíz Moragas, amante del rey Alfonso XIII

Con motivo de su estreno en el Teatro del Centro el lunes 10 de enero de 1927, el diario ABC elogió la película como la «más sugestiva y de más interés. Por el asunto, por los personajes que intervienen, es un acontecimiento sensacional». Semanas antes, el productor Bienvenido Esteban contrataba al famoso dibujante Fernando Fresno para empapelar las calles con las caricaturas de los famosos que participaron de manera gratuita en la película, abriéndoles las puertas de salones, palacios y mansiones que, por primera vez, eran mostrados en público. Por ejemplo, el estudio que Julio Romero de Torres tuvo en la calle Pelayo donde, tres años antes del rodaje de esta escena, el pintor cordobés recibió la visita de la reina María Cristina. Ahora le acompañan su gran amigo Valle-Inclán y el fiel galgo Pacheco, y quien posa es María Escobar (María Banquer), condesa de Villanueva y nuevo interés romántico de Félix.

Valle-Inclán y la actriz maría banquer durante el rodaje de La Malcasada en el estudio de Julio Romero de Torres.

La presencia de primeras espadas del toreo como Juan Belmonte y Rafael El Gallo aportan autenticidad al conjunto pero, de entre todos los cameos, uno resulta especialmente profético y luctuoso. Tras sufrir una grave cogida, Félix es sustituido en la plaza por Ignacio Sánchez Mejías. En la fotografía que reproducimos a continuación le vemos sonriente junto a Joselito… y Rodolfo Gaona. Faltan ocho años para que un miura de nombre Granadino le cornee en la plaza de toros de Manzanares, causándole la muerte un par de días más tarde. En la cinta, el torero mexicano se recupera de sus heridas a tiempo para casarse con la santa de Toledo, mientras Carmen, tras morir su padre y conocer por la prensa el éxito de Félix, emprende el viaje a España con la hija de ambos. De la relación ilícita entre la otra Carmen y el rey Alfonso nacerán Ana María Teresa Ruiz Moragas y su hermano Leandro Alfonso de Borbón.

de izquierda a derecha: rodolfo gaona, ignacio sánchez mejías y joselito.

De vuelta a la capital, los recién casados son invitados a merendar en casa del diputado granadino y ex-ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Natalio Rivas Santiago. Sentados a la mesa, reconocemos a Franco, vestido de civil, y Millán Astray, con uniforme de coronel, fumando como un carretero y exhibiendo las condecoraciones obtenidas en Marruecos. La cámara retrata con especial detalle las secuelas de sus heridas de guerra: la manga de la chaqueta izquierda sin el brazo; su cara con una cicatriz en la parte superior de la mandíbula, cerca de la oreja; la boca con los dientes mellados; un ojo de cristal colocado dentro de la cuenca derecha y la frente con entradas muy pronunciadas y el pelo raído. A Franco, en cambio, le despachan con un simple rótulo: «Francisco Franco, el general de treinta y tres años…». Los dos militares se esfuerzan en mirar a cámara mientras conversan animadamente, como si intentaran hacer al público partícipe de la sobremesa. Se adivina un esfuerzo por transmitir cercanía y resultar campechanos, sin conseguirlo en ningún momento. En el caso de Millán-Astray, el fracaso es comprensible y, aunque pone más empeño en mostrarse risueño, Franco gesticula con aspavientos exagerados y transmite la desazón típica del actor mediocre y poco fotogénico.

escena en la casa de Natalio Rivas en la que aparecen Francisco Franco y Millán-Astray. Al fondo, Natalio Rivas junto a su mujer, una nieta y los actores María Banquer y José Nieto.

Gómez Hidalgo engatusó a lo más granado de la sociedad española para participar en su película como actores del reparto, con la particularidad de interpretarse a sí mismos

Mucho más cómodo vemos a Natalio Rivas en su papel de anfitrión, y no es para menos. Llevaba una década agasajando a sus invitados en su piso de la calle Velázquez, donde solían reunirse un par de veces por semana para tratar asuntos de actualidad, sobre todo de política. En ese mismo comedor compartieron mantel Unamuno y Valle-Inclán, José Antonio Primo de Rivera e Indalecio Prieto, Dolores Ibárruri y Calvo Sotelo. Acudían al reclamo de los abundantes vinos alpujarreños y tapas de jamón de cerdo blanco por el que era popularmente conocida como la Tertulia del jamón de Trevélez; el mismo, dicho sea de paso, que Rivas solía enviar como obsequio al Palacio de Oriente hasta convertirse en el proveedor oficial de los Borbones. En cualquier caso, su domicilio se convirtió en un refugio para conspiradores contra la dictablanda de Primo de Rivera, frecuentado habitualmente por el propio Franco, quien había alquilado un piso no muy lejos de allí, en el número 28 de la Castellana, curiosamente en la misma manzana donde también estaba la redacción de ABC.

Seducido por la fama, Félix se comporta como un mujeriego. María se siente abandonada y empieza a replantearse su matrimonio. La malcasada pide consejo a la flor y nata de la sociedad madrileña antes de volverse a Toledo, donde tratan de persuadirla de que cumpla su deber como esposa. Un día, Carmen se presenta en una fiesta que se celebra en honor a Félix y cuenta toda la verdad. Este, tras consultar con los juristas más eminentes, que le confirman que su matrimonio es indisoluble, decide regresar a México con su antiguo amor y, de esa forma, arreglar el agravio que le había ocasionado. Por su parte, la abnegada María se marcha a Marruecos como enfermera para lavar su honra. En las escenas finales, su espíritu patriótico es alabado por el general Sanjurjo en persona.

RECORTE DE PRENSA DE DIARIO DE LA MARINA, 17 DE DICIEMBRE DE 1927

Contra todo pronóstico, la película apenas duró una semana en cartel. Algunas fuentes llegan a afirmar que se estrenó con gran éxito y que fue necesaria una intervención de las fuerzas de orden público por las largas colas que se habían formado para adquirir las entradas. En realidad, la censura había actuado de manera fulminante en contra del largometraje por contar en el elenco con el general Valeriano Weyler. Aún coleaba su intento de golpe militar, conocido como La Sanjuanada, por el que su nombre había sido retirado de las calles y su sola presencia en pantalla se consideró una afrenta institucional. Gómez Hidalgo accedió a eliminar las escenas donde aparecían los personajes «más polémicos», entre los que se encontraba el político conservador José Sánchez Guerra, quien dos años más tarde conspiraría para deponer la Dictadura en una nueva intentona golpista. En cualquier caso, La malcasada sería la última película para ambos.

La nueva copia fue estrenada, ya de forma definitiva, el jueves 24 de febrero en el Teatro Olympia de Barcelona, en donde permaneció casi tres semanas. Más tarde, el jueves 17 de marzo, volvería a las pantallas madrileñas, manteniéndose en la programación del cine Royalty durante varias semanas, y al poco tiempo fue exportada a América y exhibida en distintos países, entre ellos Estados Unidos, al parecer con cierto éxito. Para su presentación en Nueva York se hicieron carteles publicitarios que destacaban que la cinta había sido prohibida el día de su estreno y que su «atrayente argumento» giraba en torno al tema del divorcio. Además, se mencionaban los nombres de algunas de las celebridades que, quizás, pudieran ser las más conocidas fuera de España. Curiosamente, se seguía reseñando a Sánchez Guerra, lo que hace pensar que la versión que se proyectaba en esos países fuera la original.

En la actualidad, tan sólo se conservan fragmentos inconexos del metraje original (4.373 metros de celuloide) que se pueden consultar en la Filmoteca Española reunidos en una copia de 35 mm bajo el título de Personalidades Españolas, a la que se suma una segunda copia en 16 mm preservada en la Filmoteca de la Generalitat de Catalunya. La Filmoteca Española ha subido a Internet varias versiones, siendo la más completa de todas ellas la que compartimos a continuación.